13 de Enero, 2025
Juanita Giraldo
Las Comunidades Energéticas representan una oportunidad para transformar cómo se produce y consume energía en Colombia. Este modelo reúne a usuarios finales para generar y compartir energía renovable, fomentando la descentralización y el acceso sostenible. Estas iniciativas buscan fortalecer la capacidad energética del país mientras promueven un impacto social y ambiental positivo.
El término Comunidad Energética se refiere a asociaciones de usuarios (incluidas personas y empresas) que trabajan juntas para producir, gestionar y consumir energía renovable de forma local y colectiva. Los miembros comparten los beneficios de la energía generada y promueven un consumo eficiente y responsable del recurso, reduciendo el impacto ambiental.
Este tipo de proyectos se han desarrollado ampliamente en otros países y ahora están empezando a promoverse en Colombia. Su importancia radica en que buscan democratizar la energía permitiendo que más personas puedan acceder a ella a partir de fuentes renovables, promueven la sostenibilidad y la gobernanza comunitaria.
Con estos proyectos se pretende ampliar la capacidad instalada de fuentes renovables en el país, aumentar la cobertura del servicio de energía y, a la par, fortalecer la participación activa de los usuarios finales, incluyendo aquellas poblaciones más alejadas y vulnerables.
El autoconsumo tradicional permite a los usuarios generar su propia energía bajo la figura del Autogenerador. Este esquema está diseñado para un único usuario que instala un sistema de generación de energía en el mismo lugar donde será consumida. Sin embargo, esta opción está limitada a aquellos que cuentan con el espacio físico necesario, dejando por fuera a quienes viven en edificios o espacios sin áreas disponibles.
Por otro lado, las Comunidades Energéticas introducen una nueva figura: el Autogenerador Colectivo. Este modelo permite que usuarios, ya sean consumidores, prosumidores o productores de energía, se agrupen para compartir la propiedad de un activo de generación. La energía producida se divide para cubrir sus necesidades particulares, sin necesidad de estar ubicados en el mismo lugar que el sistema de generación.
Esto abre la posibilidad de que millones de usuarios puedan beneficiarse de las energías renovables, motiva la implementación de nuevos proyectos, aumenta la capacidad instalada del país y promueve la descentralización.
En 2023, el Ministerio de Minas y Energía (MME) lanzó oficialmente el programa de Comunidades Energéticas. AAllí, habilitó un formulario para que aquellos grupos organizados e interesados en convertirse en Comunidades Energéticas pudieran registrarse, geolocalizarse y describir los proyectos de energías renovables que querían implementar. La postulación de las iniciativas finalizó en abril de 2024 y en total se presentaron 18,471 propuestas distribuidas en todo el territorio nacional.
Con estas iniciativas postuladas, el siguiente paso del MME es la focalización y priorización de los grupos seleccionados para iniciar la financiación y ejecución de los proyectos. Este proceso incluirá estrategias de apropiación social y creación de capacidades técnicas en los territorios. Los fondos económicos para llevar a cabo estas iniciativas provienen del presupuesto general de la nación, obras por impuestos y cooperación internacional.
Además, con la próxima regulación que se encuentra en proceso de emisión, se abrirá la posibilidad para que no solo el gobierno impulse estos proyectos, sino también privados y usuarios organizados, quienes podrán desarrollar sus propias Comunidades Energéticas. Esto permitirá una mayor participación de diferentes actores en la transición energética del país.
El avance tecnológico de las últimas décadas ha creado equipos modulares que permiten generar energía eléctrica en pequeñas escalas y de forma distribuida. La descentralización de los proyectos es importante para la transición energética ya que reduce la dependencia del suministro en pocos proyectos de gran tamaño. Esto mejora la resiliencia del sector eléctrico ya que diversifica las fuentes de energía, distribuye los puntos de generación, disminuye la vulnerabilidad de la red ante fallos y favorece una respuesta más rápida a las interrupciones. A su vez, al integrar a los usuarios finales y las comunidades, promueve un rol más activo de la demanda y aportando a la sostenibilidad social y ambiental.
13 de Enero, 2025
Juanita Giraldo
Líder de Comunidades Energéticas